
HOY HE FABRICADO MI TIEMPO
Hace unos cuantos días que no escribo, será porque tengo poco que decir o por el tiempo…
Leyendo a Kapuscinski tomé unas notas para poder transmitirlas
“cuando tuviera tiempo”. Frase muy utilizada en nuestra cultura y que viene a querer decir que nosotros no somos dueños del tiempo.
En su libro Ébano, página 22, dice:
“El europeo y el africano tienen un sentido del tiempo completamente diferente; lo perciben de maneras dispares y sus actitudes también son distintas. Los europeos están convencidos de que el tiempo funciona independientemente del hombre, de que su existencia es objetiva, en cierto modo exterior, que se halla fuera de nosotros y que sus parámetros son medibles y lineales………El europeo se siente como su siervo….Para existir y funcionar, tiene que observar todas sus férreas e inexorables leyes, sus encorsetados principios y reglas……Entre el hombre y el tiempo se produce un conflicto insalvable, que siempre acaba con la derrota del hombre: el tiempo lo aniquila”……..
“Los africanos, perciben el tiempo de manera bien diferente. Para ellos, el tiempo es una categoría mucho más holgada, abierta, elástica y subjetiva. Es el hombre el que influye sobre la horma del tiempo……es algo que el hombre puede crear, pues, por ejemplo, la existencia del tiempo se manifiesta a través de los acontecimientos, y el hecho de que un acontecimiento se produzca o no, no depende sino del hombre. Si dos ejércitos no libran batalla, ésta no habrá tenido lugar (es decir, el tiempo habrá dejado de manifestar su presencia, no habrá existido)”……..
“Todo lo contrario de la manera de pensar europea.
Traducido a la práctica significa que si vamos a una aldea donde por la tarde debía celebrarse una reunión y allí no hay nadie, no tiene sentido la pregunta: ¿Cuándo se celebrará la reunión? La respuesta se conoce de antemano: Cuando acuda la gente”.Hace un par de semanas me invitaron a ir un domingo a Kisantu, no lejos de Kinshasa, a pasar el día con unas cuantas familias congolesas y las enfermeras expatriadas francesas y españolas que estaban por aquí; en este lugar, creo que hay un jardín botánico.
Rehusé la oferta y no sé si hice bien ya que durante la semana, de lunes a sábado, el trabajo me impide hacer turismo y conocer este inmenso país.
Sin embargo, pensando en futuro, si continúo por aquí creo que tendré oportunidad de viajar por el interior de la RDC cuando las obras estén algo avanzadas y en una fase menos compleja que la actual. Una excusa para viajar puede ser la llegada de alguno de vosotros.
Por otra parte, ese día
decidí fabricar mi tiempo:
me levanté a la hora que quise, comí cuando tuve hambre, leí en mi hamaca, llamé a mi madre en el momento preciso. Cuando me invitan a una casa llego sin prisas…..Me gusta el sistema africano de medir el tiempo.

foto dcha. primer y último pozo de la canalización de aguas de saneamiento.
Abajo, foto de diciembre 2006 y arriba en el mismo lugar, dos meses y medio después, parte del equipo "ataque sans recule" que ha conseguido, a mano, hacer una excavación de 160 metros de longitud y hasta 7 metros de profundidad en algunos sitios, para instalar la red de saneamiento del hospital. Comenzaron en este lugar extrayendo tierras y han terminado rellenando la zanja con las mismas tierras, tras colocar esos tubos de hormigón de los que hablaba en otra ocasión. Han desplazado, en dos ocasiones, unos 1.400 m3 de tierra, a razón de 35 m3-día.
Voilá el dominio del tiempo, así como del entusiasmo y la energía.

En la construcción del hospital estoy intentando transmitir mi sentido de la organización y, debo reconocer, que también unas ciertas prisas. En ese aspecto no soy coherente con el dominio del tiempo.
Las últimas veces que he ido a Haití lo fui un poco más, dejaba, de forma consciente, que fueran a su ritmo en el trabajo.
También es cierto que el de aquí es un gran proyecto, con un elevado presupuesto, y que según se haga en un espacio de tiempo u otro, costará mucho más o mucho menos.
Así que debo navegar entre dos aguas; en el fondo es la eterna contradicción del que viene aquí en representación y con dinero de los de allí. Por mucho que me adapte a la forma de vida africana sigo siendo un europeo con el “corazón y bolsillo, blancos”.
Anoche llegaron dos nuevos vecinos: Cissé y Nestor.
El primero, médico cirujano congolés afincado en Pamplona; el otro, un navarro especialista en anestesia pediátrica que ha venido a dar un curso. Este último me ha explicado que se pueden salvar muchas vidas de niños (aquí es lo que más abunda) y evitar mucho dolor, con un conocimiento adecuado de los métodos anestésicos que se deben aplicar a los menores de edad.
Cissé es un hombre entusiasta –como muchos congoleses-, que no para de hablar a una velocidad endiablada, que derrocha energía, que tiene seis hijos a los que va a traer el año próximo pues no conocen todavía su segundo país, que es el alma de una asociación de congoleses residentes en Pamplona, y que está intentando arrastrar hasta aquí a un montón de gente del hospital de allí, para que conozcan la realidad de su país de origen y puedan ayudar e intercambiar conocimientos.
Intercambio de conocimientos y culturas, aproximarse a los que son diferentes a nosotros, eliminar el sectarismo y ciertas ideas esquemáticas, todo ello se puede conseguir viajando no sólo como turista, sino saliendo de nuestro medio habitual para compartir y aprender de la diversidad que existe en nuestro mundo.
Creo que nunca es tarde para hacerlo, pero sobretodo los más jóvenes, con menos compromisos sociales, deben salir de sus rincones, encontrar ese tiempo del que hablaba antes y del que sólo ellos son los dueños y descubrir todo lo que les espera tras sus parapetos de comodidad y falsa seguridad.
Me refiero a los: Juan, Gabriel, Rubén, Ana, Xavi, Elena, Julen, Emilio, Imanol, Javier, Jenny, Víctor, …..y tantos otros.


mamá en pose y su niña, vecinas de la obra.