jmcongo

Poco a poco iré contando los aspectos y experiencias de mi nueva vida en la República Democrática del Congo

miércoles, marzo 19, 2008

 

ESTE PERRO MUNDO

para los que se pensaban que estábamos acabando
Mientras unos pocos os vais de vacaciones la mayor parte de los que pueblan este planeta estamos sudando la camiseta:
Este perro mundo.

Con 35º al sol y 78% de humedad el efecto real debe ser de unos 45º, y además de eso seguimos trabajando:
Así es nuestro chantier en Kinshasa.

La superficie del hormigón refleja los rayos de tal modo que te ciega la vista, pero la gente sigue trabajando sin gafas, hace tiempo que las perdieron, rompieron o vendieron.
Nuestra cruel realidad.

Pero desde hace una semana ya tenemos botas de seguridad. ¿Cuánto tardarán en romperlas o venderlas?
En este tema no he perdido todavía la fe.

Cada vez que puedo insisto para que beban agua, al principio eran reacios –los negros no necesitamos beber agua como vosotros- pero les he explicado que su salud se resiente a causa de la falta de líquidos, sus órganos trabajan más y peor y se agotan antes; a veces la sensación de hambre es falsa, lo que se necesita es líquido:
Maldita incultura.

Y después de las paellas, los huevos fritos (ejemplos imposibles de seguir a diario), la lucha constante porque me hagan un poquito de caso y comprendan que además del foufou existen las frutas deliciosas de este país, el arroz y las alubias, las proteínas del aguacate, las múltiples verduras consumibles y no tan caras…
Lucha inútil por el momento, salvo en el caso de Sebas.

Y para terminar, un enlace que me parece como mínimo muy interesante. Me ha sorprendido encontrar algo tan lúcido sobre esta parte del mundo, en español:
http://www.elia.ws/tema/rdcongo/
(Y a pesar de que no me nombra).
Bo kende malamu, ¡keba! (por esas carreteras)

lunes, marzo 17, 2008

 

ANIVERSARIO

ANIVERSARIO

Hace un rato hemos vuelto a celebrar un aniversario, esta vez el de Ernesto.

El acto ha consistido en un encuentro entre los responsables de obra, almacén y administración de la empresa, para tomar unas bebidas y unos cacahuetes, charlar un rato y hacer alguna broma.
Creo que ya he dicho en alguna ocasión que los congoleses (al menos los que yo conozco) aman la charla, las bromas, la risa y normalmente son muy histriónicos. A veces parece que se están gritando, que se van a pegar, de puro gesticular y levantar la voz, y resulta que terminan por reír, darse la mano, no era nada, tan sólo una charla más.
Le decían a Ernesto que si ya había recibido la llamada de su novia y ante su negativa le han asegurado que deberá encontrar una aquí, o varias: “o kobála awa” ha dicho Xavi (te casarás aquí). Risas.















Han preguntado si se celebran en España los aniversarios, a lo que he respondido que depende, que hay gente que no quiere cumplir años, que le molesta celebrar esa fecha; no lo entendían muy bien. Les he preguntado a mi vez si aquí era normal celebrarlo y en el acto he escuchado la típica respuesta: depende de si hay o no dinero. A lo que he añadido:
“si tienes dinero vendrá mucha gente, pero si tienes algún amigo no hará falta el dinero, cada uno aportará algo de lo que disponga”.

Lo han aceptado.
Hemos hablado de los que fuman “chambre” (marihuana), de sus efectos, algunos de ellos indeseables para la salud física y psíquica. Les he contado una anécdota sufrida por mí en el pantano de Lanuza y de cómo acabé en la ambulancia.

Le han insistido a Pili para que no se fuera, pues antes jm se enfadaba 10 veces al día y ahora una vez por semana. Más risas.


Y así, entre risas y enfados (porque esta mañana me he enfadado –un poquito- con todos), entre trabajo y alguna “primus” que otra, entre decepciones y lucha constante (hoy Pitchou - ver su foto en una de mis últimas entradas haciendo una flexión- se ha roto la falange de una mano), entre penurias de material -falta caillasse y no podemos hormigonar-, sin tiempo para aburrirnos, así transcurre nuestra vida aquí.




Ayer preparamos los huevos fritos con jamón para algunos amigos. Yo no diría que fuese un éxito completo, pero casi. Lo mejoraremos, pues aunque sea por un rato les tengo que hacer olvidar su adorado “foufou”. El vino del somontano, tremendo.

Bo kende malamu

viernes, marzo 14, 2008

 

"UNA LARGA NOCHE"

Hoy es el aniversario de Djo, 15 años, futuro arquitecto congolés. Lo tenemos atrapado, no vamos a dejar que se escape fácilmente.
con DJO, chantier al fondo
A Djo lo conocí en el mariage coutumier de su hermana y me dijo que amaba a Fally y como a mí también me gustaron las canciones de este músico congolés, pues entablamos una relación amistosa desde la comunión de nuestros gustos musicales.
Me gustó su mirada franca y alegre –la de Djo-, y al decirme que no estaba estudiando porque nadie pagaba su “minerval”, le propuse ayudarle si a cambio venía a echarme una mano con los planos, participaba en nuestros entrenamientos "futineros", etc.
Tras unos inicios algo frustrantes, con las consabidas desapariciones y falta de regularidad congolesas, ahora es un asiduo de la oficina todos los viernes y sábados y es Xavi, el arquitecto, quien lo ha tomado bajo su tutela. Ambos se llevan de maravilla y se enseñan mutuamente, y Djo quiere ser arquitecto, claro.
Hoy hemos preparado una pequeña colación en su honor.


Decía “una larga noche” porque el equipo 3 de estructura, los de la tarde, decidieron prolongar su jornada de ayer y terminar de hormigonar los 300 m2 de dalle (forjado).
Me acosté inquieto pues es la primera noche que se trabaja y la seguridad es lo que más me importa.
A las dos de la madrugada, entre sueños, he oído un vibrador a lo lejos y ya no he podido seguir durmiendo. Ya tenían que haber acabado según mis cálculos, así que me he levantado, he despertado de su habitual profundo sueño a nuestro “guarda” para que me abriera la puerta y me he ido al chantier.
Creo que lo que menos esperaban era que apareciera M. José por allí. No pasaba nada, todo iba bien salvo el gran retraso que llevaban y enseguida he visto que tenían un problema serio de organización. Pero en lugar de intentar cambiar la cosa como hago siempre, esta vez he decidido saludarles, darles ánimo y felicitarles por su coraje.
Han acabado a las siete de la mañana, ¡tras 17 horas de trabajo! con una parada para echar un bocado que les dejé preparado.
A las cinco y cuarto, medio desvelado otra vez, he oído otro ruido parecido al vibrador pero digo: no puede ser. Y es que había olvidado que dejé preparado el remo en la terraza de casa para cuando viniera Kumwamba y ya estaba “dándole caña” al aparato.
Mezcla de ruidos en la madrugada.

Hace unos meses preparé una entrada con una anécdota sobre lo del vibrador pero luego lo dejé correr. Es que en una de las clases que damos a los trabajadores se les explicó el manejo del vibrador como aparato necesario para trabajar la puesta en obra del hormigón y a Ngoy le dije que no debía confundirlo con el otro vibrador. Ahí fue cuando se quedó con cara de “póker” y todos nos echamos a reír, sobretodo cuando le dije que su desconocimiento era debido a que tenía 9 hijos y era evidente que su esposa no lo necesitaba.
Por cierto, en una de mis charlas con todos los trabajadores respecto a los distintos modos de ver una misma cosa, un mismo hecho, le pregunté a Ngoy si se consideraba rico o pobre. Dijo que rico y muchos se echaron a reír y creyeron que se había vuelto loco; entonces le pregunté:
¿En tu casa falta la comida? NO.
A tus hijos les falta la educación: NO.
¿Cuántos de este país pueden decir lo mismo que tú? MUY POCOS.


Este sábado que viene he prometido preparar unos huevos fritos con jamón (hemos recibido un envío de nuestro aguinaldo de navidad!) acompañados de tostadas de pan con tomate, ajo y aceite de oliva.
Les he advertido del riesgo que corren: después de probar esos manjares van a despreciar su adorado foufou.

Un domingo que pertenece al pasado:
venía de Kinshasa, estaba en el aeropuerto de Bruselas, el día era frío, lluvioso,
¿cómo podrán vivir sin el sol?
A través de los cristales (hace años no los había en los aeropuertos) veo una especie de pájaros inmensos y me pregunto cómo podrán remontar el vuelo, estoy pariendo una nueva entrada en el blog, observo a la gente, están esperando subirse a uno de esos pájaros, los encuentro diferentes, no es que sean blancos, es que no tienen color, aseos, puertas, obra, la gente querida que he dejado, leo, bebo café que sale de una máquina, “deja de pensar jm o no pararás de escribir” ¿cómo siendo tan bandarra hay gente que te quiere tanto?
Entre los que esperan, una familia entera están conectados a diversos artefactos con auriculares, otros miran el teléfono como si esperasen ver salir algo de dentro, otros comen una especie de basura envasada indescriptible, otros juegan con una cónsola o como se llame, pasan unos ancianos en silla de ruedas pero montados en un cochecito (esto de hacerse viejo es duro pero tiene sus ventajillas).
En pocas horas me siento como transportado a otro mundo.

estado de la construción hoy 14 de marzo

miércoles, marzo 12, 2008

 

¡ASÍ ES LA VIDA!

Como un pequeño homenaje a Miguel Delibes utilizaré el título de su libro “diario de un emigrante”.
Porque eso es lo que uno es al fin y al cabo, emigrante, extranjero.
Y como tal, a menudo se tienen sentimientos contradictorios.

transporte congolés

Viernes, primavera del 2006.
El teléfono suena en tu oficina, respondes y alguien te dice que si quieres ir a construir un hospital a la República Democrática del Congo. Tras veinte segundos de conversación dices que no, que es una locura, que ya has dado demasiados tumbos y que ya no eres tan joven para esa aventura.
Cuelgas el teléfono y a partir de ese momento los siguientes días se convierten en una duda constante, valorando pros y contras:
Siempre has querido ir al corazón de África, es un gran proyecto que en España no tendrías posibilidad de hacer…pero dejar otra vez a la familia, a los amigos, a la gente que quieres y cuando termines allí tendrás que regresar y volver a empezar como tantas otras veces. ¿Serás capaz de hacer semejante obra? Aunque los desafíos son tu fuerte……
En estos casos siempre se encuentran excusas para no dar el paso definitivo, la gente que te rodea no suele animarte: “otra vez te vas y nos dejas”; “estás loco, ese es un país muy difícil, de los más pobres del mundo”; “en el Congo es donde con los blancos hacen mondongo”; “creo que esta vez te equivocas y será un fracaso” “¿a trabajar con el Opus....?

martes, primavera del 2006, unas semanas después.
A veces uno no sabe muy bien qué es lo que le empuja a hacer una y otra vez aquello que en repetidas ocasiones ha dicho que ya no haría más. Yo digo que es como la llamada de la selva y nunca mejor dicho en este caso.
El caso es que has tomado una decisión y te vas.
Comienzas a prepararte mentalmente y a cerrar capítulos de tu vida porque pronto deberás abrir nuevas trochas, es el signo del emigrante, del viajero.

Sábado 20 de enero de 2007
Vuelo de Air France Madrid, París, Kinshasa. Llegada al aeropuerto de Ndjïli por la noche, has estado antes, pero han sido dos acercamientos. Esta vez la cosa va en serio, tienes que poner en marcha un hospital de más de 15.000 m2 que servirá de referencia en el Congo y puede que en buena parte de África. No es una broma.
En el trayecto desde el aeropuerto a la casa en la que te vas a alojar y que han hecho en tiempo record para ti, las cosas ya no las ves igual. Los olores, los miles de personas que se desplazan como hormigas entre velas, sombras, humos y coches, son los mismos pero los ves de otro modo. Los empiezas a considerar como algo cotidiano, normal en tu vida.
El lunes estarás en la obra recién comenzada y tendrás que comenzar a contratar gente, elegir, decidir, supervisar, mandar, tomar medidas, hacer presupuestos, luchar durante doce horas o más para que esto salga adelante.

Jueves 17 de enero de 2008
Ha pasado un año y vuelvo a hacer el mismo viaje pero esta vez no viajo solo.
La madre de mis hijos ha decidido dar el paso de acompañarme durante unos meses.
De quienes han dicho que iban a venir, Xavi y ella son los primeros.
En el aeropuerto, esta vez nos esperan una docena de amigos y compañeros que vienen a dar la bienvenida a “mama Pili”, querían venir algunos trabajadores pero para eso han preparado otro acto de acogida que se celebrará el sábado en la obra.
No será fácil porque Kinshasa no es fácil, en la casa te sientes como un poco recluido, salir a la calle requiere acostumbrarse al calor y humedad, a la gente que te mira como un bicho raro, que te dicen cosas que no entiendes, a la comida y al agua, a la arena o el barro, a las decenas de personas que entrarán en tu vida y al idioma nuevo y……
Y Ernesto que será el nuevo encargado de obras, de Huesca, otro veintinueveañero en mi vida, está al llegar.
Yo estoy inquieto por varias razones: mi responsabilidad aumenta, ahora debo ocuparme de más gente, de enseñarles, de que se adapten, de que sean acogidos y comprendidos.
En la obra las cosas no están como cuando me fui, han aparecido problemas; después de un año la gente comienza a reivindicar, no se trabaja al mismo ritmo, hay que modificar las cosas, tengo que dar una nueva vuelta de tuerca y pasarán unos días en los que no dormiré bien.
Hasta que poco a poco, si soy capaz, si consigo convencer a los unos y a los otros, si no me derrumbo antes, si consigo encauzar todas estas turbulencias, las aguas volverán a su cauce y emprenderemos el año II con objetivos nuevos, ideas más claras y energías renovadas. Eso espero.

Miércoles 13 de febrero de 2008
Anteayer tuvimos cena con tres franceses (dos chicas y un chico) y un congolés. No fue nada del otro mundo pues el sector “obrero” estaba agotado; a las 5,15 ya habíamos comenzado nuestro entrenamiento de 8 km, a las 7,25 estábamos en la obra en la reunión con todos los jefes de equipo y el resto del día, hasta las 16,30h, bajo un sol de justicia.
Desde la llegada de Xavi y Ernesto yo me escaqueo algunos ratos en la oficina.

Miércoles 12 de marzo de 2008

Esta mañana estaba un poco agotado tras una nueva noche de lluvia e insomnio y he decidido desayunar con calma; esos desayunos míos que parecen comidas, con fruta, yogurt, cereales, nueces, zumo de naranja (ya viene la época), café o té.

Anoche nos llegó la caja con el aguinaldo que nos habían preparado: vino del somontano, embutidos y jamón. Hicimos una cena especial y nos reímos un rato.
A las 8.30 de la mañana estaba en la base corrigiendo el molde metálico que habían preparado para fabricar unas piezas especiales que van en fachada: Ernesto le dejó el croquis al ajusteur –papá lukoki-, se fue tan tranquilo (qué inocente!) y una vez más todo se había hecho al revés. Es la constante, y ya no me desmoralizo por ello. 2 o 3 veces hasta conseguir el objetivo deseado.

La obra va a buen ritmo, nosotros mismos nos sorprendemos de lo que crece, de lo inmensa que es. Veo a la gente motivada, interesada por lo que hacen, casi siempre en su tarea y muy pocas conversaciones. Hace seis meses era todo lo contrario.
¿Han sido las charlas?, ¿Las primas salariales? ¿El estar siempre encima? ¿El trato humano que existe? ¿La ayuda de Xavi y Ernesto? ¿Prescindir de alguna persona?......Supongo que todo ello. Pero cuando volví en enero había una marejada interna del carajo y ahora ya no.
Hacemos dos turnos, de 7 a 14.00 y de 14.00 a 21.00 h. El de la tarde con menos personal, y es como de apoyo.

Hoy he tenido dos charlas, una para hablar de la contabilidad y del dinero y otra para seleccionar entre los que terminan su contrato quienes no deben continuar. Éste es tema muy delicado y duro de tratar. Se quedarán casi todos.
Son la 19.44, se acaba de ¡r una vez más la corriente eléctrica y no sé qué problema hay con el grupo electrógeno.

¡Así es la vida! Expresión del pueblo ruso.
Estoy leyendo “El Imperio”, de mi querido Ryszard, ¡él si que era un escritor! Ante todo por su capacidad de comprender lo que le rodeaba y a quienes le rodeaban; algo que por otra parte no se aprende en los libros. Hay quien se pasa la vida leyendo y no entiende nada de lo que sucede a su alrededor, se necesita una sensibilidad especial, aprender a sufrir y amar, escuchar mucho, ser humilde, evitar el sectarismo y depender lo menos posible del poder establecido o por establecer.
“¡Así es la vida! Comprenderá mucho aquel que penetre en el sentido de estas palabras: pero yo quisiera saber algo más y no puedo. A mi alrededor no encuentro más que vacío, una tierra quemada, una muralla. Sé muy bien por qué: soy extranjero. El extranjero suscita reacciones contradictorias: la curiosidad (¡hay que sofocarla!). La envidia (el extranjero siempre vive mejor), pero, sobre todo, despierta miedo”.

Precisamente esta noche reflexionaba sobre el hecho de sentirme extranjero, sobre la xenofobia y el racismo. Y me he dicho: mañana les voy a dar la vara en el blog.

Salir de tu agujero significa toparte con las actitudes arriba apuntadas. Salvo que vayas de turismo y no te enteres de nada; significa que tienes que explicar, demostrar quien eres, lo que buscas y esperar que los otros se lo crean y te acepten. Pueden pasar meses o años, el resultado depende casi siempre de uno mismo.

Significa que deberás soportar la envidia, omnipresente entre los mediocres, y aprender a no sentirla, despreciarla, a ellos y a los que la sienten.

Significa que deberás dar antes de recibir, mirada limpia y directa, no tener miedo ni provocar miedo, compartir lo más posible. Amar sin esperar a que te amen.

Nadie acepta ser racista, preguntaos a vosotros y a vuestro vecino más cercano. ¿Yo? ¿pero qué dices? Siempre me han provocado una ciertas náuseas aquellos que sin ser capaces de soportar el mal olor de otro, aceptar que su hija se case con un negro (o viceversa), que un extranjero ocupe tu plaza cuando lo merece, invitar al primer desgraciado que te encuentres a comer contigo, convivir en la misma escalera con un grupo de otra etnia o raza (sobre todo si son ruidosos, escupen sobre tu coche desde el balcón o tienen otras costumbres),……, digo que no les soporto si además de ser así no lo reconocen, desprecian al que consideran inferior especialmente a los de allende sus fronteras y para colmo presumen de progresistas y de guays, votan a lo que se lleva en ese momento y se van a la cama tan tranquilos.

valle de Selembao, aquí al ladito mismo

¡Vaya día que llevo! ¡Y es que este grupo no para de pararse! Lobi na tongo

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