El acto ha consistido en un encuentro entre los responsables de obra, almacén y administración de la empresa, para tomar unas bebidas y unos cacahuetes, charlar un rato y hacer alguna broma.
Creo que ya he dicho en alguna ocasión que los congoleses (al menos los que yo conozco) aman la charla, las bromas, la risa y normalmente son muy histriónicos. A veces parece que se están gritando, que se van a pegar, de puro gesticular y levantar la voz, y resulta que terminan por reír, darse la mano, no era nada, tan sólo una charla más.
Le decían a Ernesto que si ya había recibido la llamada de su novia y ante su negativa le han asegurado que deberá encontrar una aquí, o varias: “o kobála awa” ha dicho Xavi (te casarás aquí). Risas.


Han preguntado si se celebran en España los aniversarios, a lo que he respondido que depende, que hay gente que no quiere cumplir años, que le molesta celebrar esa fecha; no lo entendían muy bien. Les he preguntado a mi vez si aquí era normal celebrarlo y en el acto he escuchado la típica respuesta: depende de si hay o no dinero. A lo que he añadido:
“si tienes dinero vendrá mucha gente, pero si tienes algún amigo no hará falta el dinero, cada uno aportará algo de lo que disponga”.
Lo han aceptado.
Hemos hablado de los que fuman “chambre” (marihuana), de sus efectos, algunos de ellos indeseables para la salud física y psíquica. Les he contado una anécdota sufrida por mí en el pantano de Lanuza y de cómo acabé en la ambulancia.
Le han insistido a Pili para que no se fuera, pues antes jm se enfadaba 10 veces al día y ahora una vez por semana. Más risas.

Y así, entre risas y enfados (porque esta mañana me he enfadado –un poquito- con todos), entre trabajo y alguna “primus” que otra, entre decepciones y lucha constante (hoy Pitchou - ver su foto en una de mis últimas entradas haciendo una flexión- se ha roto la falange de una mano), entre penurias de material -falta caillasse y no podemos hormigonar-, sin tiempo para aburrirnos, así transcurre nuestra vida aquí.
Ayer preparamos los huevos fritos con jamón para algunos amigos. Yo no diría que fuese un éxito completo, pero casi. Lo mejoraremos, pues aunque sea por un rato les tengo que hacer olvidar su adorado “foufou”. El vino del somontano, tremendo.
Bo kende malamu