Poco a poco iré contando los aspectos y experiencias de mi nueva vida en la República Democrática del Congo
para los que se pensaban que estábamos acabando
Mientras unos pocos os vais de vacaciones la mayor parte de los que pueblan este planeta estamos sudando la camiseta:
Este perro mundo.
Con 35º al sol y 78% de humedad el efecto real debe ser de unos 45º, y además de eso seguimos trabajando:
Así es nuestro chantier en Kinshasa.
La superficie del hormigón refleja los rayos de tal modo que te ciega la vista, pero la gente sigue trabajando sin gafas, hace tiempo que las perdieron, rompieron o vendieron.
Nuestra cruel realidad.
Pero desde hace una semana ya tenemos botas de seguridad. ¿Cuánto tardarán en romperlas o venderlas?
En este tema no he perdido todavía la fe.
Cada vez que puedo insisto para que beban agua, al principio eran reacios –los negros no necesitamos beber agua como vosotros- pero les he explicado que su salud se resiente a causa de la falta de líquidos, sus órganos trabajan más y peor y se agotan antes; a veces la sensación de hambre es falsa, lo que se necesita es líquido:
Maldita incultura.
Y después de las paellas, los huevos fritos (ejemplos imposibles de seguir a diario), la lucha constante porque me hagan un poquito de caso y comprendan que además del foufou existen las frutas deliciosas de este país, el arroz y las alubias, las proteínas del aguacate, las múltiples verduras consumibles y no tan caras…
Lucha inútil por el momento, salvo en el caso de Sebas.Y para terminar, un enlace que me parece como mínimo muy interesante. Me ha sorprendido encontrar algo tan lúcido sobre esta parte del mundo, en español:
http://www.elia.ws/tema/rdcongo/(
Y a pesar de que no me nombra).
Bo kende malamu, ¡keba! (por esas carreteras)