Poco a poco iré contando los aspectos y experiencias de mi nueva vida en la República Democrática del Congo
Hoy sería el cumpleaños de mi padre y de mi padrino, si ambos vivieran. Los dos fueron muy importantes en mi vida, el primero porque llenó mi maleta con unos cuantos consejos y cualidades y el segundo porque me enseñó a llevarla; claro, era viajante.
Hay personas que o no lloran o sus lágrimas están rotas; pero su corazón está bien entero y lo reparten, y sigue entero. Pienso en Mariano, un montañés de esos que son más duros que las piedras, pero tan solo en apariencia porque dan todo lo que tienen.
Mariano, ayer cayeron cinco primus a tu salud
Hace unos veinte años que él y Franc, otro duro de 1,85, navegaron por el río Congo con una barcaza llena de congoleses, enseres mil y animales, recorriendo los más de 1.500 km que separan Kisangani de Kinshasa.
No han escrito ningún libro pero convivieron en la cubierta con algunos de los parias de la tierra, amaron, rieron, comieron mono y llegaron; algún escritor del tres al cuarto no llegó a completar nada de eso porque tuvo miedo y se rindió antes de tiempo, pero sí que ha hecho mucho dinero con su “aventura”.
Hablo de M. porque el otro día, sin saber bien cómo le ha llegado la onda, pues este es de los del “tam-tam”, hizo un ingreso de 1.000 euros para el proyecto de viviendas. Desde aquí, país al que él quiere, mi reconocimiento y amor infinitos.
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Cuando cae la noche en Rutshuru, al este de la República Democrática del Congo (RDC), casi todos buscan refugio en casa. Los niños corren para que ninguna banda les secuestre y les convierta en soldados a la fuerza. Los hombres dejan de zangolotear por las calles polvorientas y tristes para no verse atrapados en el tiroteo cotidiano. Cuando anochece, Rutshuru es realmente peligroso. Y sin embargo, precisamente entonces, al adueñarse la oscuridad de la ciudad sin ley, es cuando muchas mujeres salen en silencio de su choza y se esconden en la selva: saben que si se quedan en casa, muy probablemente serán violadas".
Este apartado del artículo que ya Pere Rusiñol escribía el 23-03-08, está de actualidad, la guerra sigue en pleno apogeo y hay no sé cuántos grupos rebeldes pertenecientes a otras tantas sectas, tribus y demás descerebrados, que se divierten haciendo todo eso y más. Con la connivencia de las fuerzas internacionales, el regodeo de una parte de la prensa pues les sirve de carnaza y la estupidez de algunos periodistas que se van a entrevistar a un iluminado para contarnos después que él va a ser el salvador de la RDC.
Hablando de iluminados, Mobutu, dirigente del Zaïre (actual RDC) durante más de 25 años, decía en unas entrevistas que estoy leyendo, estas y otras lindezas:
“…….yo he creado, para responder al entusiasmo y compromiso de mi pueblo, el Cuerpo de voluntarios de la Revolución naciente (que después sería el partido único MPR). Inicialmente, como éramos todos militares quisimos que fuese estrictamente apolítico, al servicio del joven nacionalismo, hasta que nos dimos cuenta que este apoliticismo deliberado desembocaba en una educación popular a la que aspiraban los Zairoïs……Desde el principio, hemos evitado que el MPR funcione como un partido único, como una simple estructura ideológica que vigila el poder político……así es como se ha impuesto el concepto de MPR, partido-Estado, expresión de la nación políticamente organizada…..”
Esta trascripción muy mutilada me sirve para decir que este país es una tarta, compuesta por ricos pedazos de muy diferentes e incompatibles colores y sabores, rodeada de buitres que la están despedazando sin conmiseración, y con una bomba en su interior –a modo de regalo sorpresa- que puede estallar en cualquier momento.
Y como no hay cemento para seguir trabajando, entre otros problemas que no vienen al caso, pues debemos bajar el pistón y la obra se para.
Y nos vamos a ver a los niños de Kisenso
Este gobierno todavía no ha sido capaz de dar una respuesta eficaz a la crisis permanente; ha dejado que los buitres robaran impunemente, estableciendo precios abusivos de ¡más de 3 veces el precio normal del cemento!; ha dejando que la fábrica se descojone por las lluvias; ha dejado que esta ciudad sea intransitable; ha dejado…..¿Pero es que hay alguien que pueda solucionar esto? Ya sólo falta que venga otro de esos iluminados para que se haga la oscuridad total.
Cambiando de tercio, tras una charla dura con el noko (tío) de Trèsor, aquél decidió que le deja venir a estudiar a casa. Él y Dan vienen todas las mañanas un par de horas, les doy el desayuno y les explico alguna cosa. El otro día fueron las raíces cuadradas y por un momento pensé que me daba un síncope, me trasladé a los días en que martirizaba a mi hijo Javier y decidí darles un respiro pero desconfiando del resultado. Cuál no sería mi sorpresa cuando al día siguiente vinieron con todos los ejercicios que les había puesto y los que ellos añadieron por su cuenta, perfectamente resueltos. No daba crédito y pensé que me estaban engañando, pero no, algo avanzamos, no hay que perder la calma. Ellos o los hijos de sus hijos conseguirán que se pueda construir el hormigón sin cemento.
Xavi, aquí al lado, a estas horas en las que debíamos estar descansando en casa (llevamos 10 horas ininterrumpidas), está dando clases de informática a quien se ha querido apuntar entre la gente del trabajo. ¡Lo que vale este hombre!
La semana pasada fuimos a visitar al P. Manu y al P. Santi, en el barrio de Kisenso, antes de que las lluvias se lo lleven.
Estos dos curas, junto con otros congoleses y gente de esa con la que uno desea encontrarse de vez en cuando, están haciendo una buena labor.
Comimos con ellos y con algunos de los niños y adultos desheredados de este mundo en una especie de casa de acogida, compartimos plato, risas, cantos y ¡baile! Xavi y Ernesto estaban maravillados.
Fue entrañable.
Aquí al lado de mi despacho, que es como mi casa, está el patio al que me asomo de vez en cuando para comprobar que “esta y todas las otras cours” son el alma de este país, donde pasa todo lo que tiene que pasar, oigo las risas, los llantos (muy pocas veces), los ruidos domésticos, las conversaciones, les veo comer y jugar, despiojarse, peinarse, lavar, tender, amamantar, pasear…. Es el patio de mi casa, es muy particular, lo amo porque tiene vida propia y me ayuda a vivir.
Una de las escenas de la cour...
La otra Cour, la que he tenido que visitar más de cuatro veces en dos semanas, tras ser acusado de “racista” por un mal elemento, a esa no la amo, pues no es exactamente vida lo que hay, allí palpita la corrupción y el desamparo.
entre rejas......
Estamos a punto de comprar la parcela donde pensamos construir las 40 viviendas de Alí, Baba y…1.000 dólares nos separan, quizás los de Mariano sirvan.
Quizás en unas semanas no escriba, pero ya tenéis bastante.
Kendé malamu, na lingi na bino, la vida es el recurso de los ilusos-nados.
compartiendo la comida en la casa de acogida, en el barrio de Kisenso. Arroz y alubias, bueno, y refrescos y cerveza que compramos para pasarlo mejor. el padre Santi